Al principio al enterarme mediante los medios como fue en primera instancia por la televisión de que había dicho virus, no le di demasiada importancia, pensé que sería algo muy pasajero y que en escasos días se terminaría eliminando del país y del planeta en general. Con el paso de los días, cada vez más me fui informando no solo ya en televisión, sino por prensa y radio, por lo que me empecé a alarmar más y preocupar, ya que en muy poco periodo de tiempo ascendían el número de contagiados como el de fallecidos, que ésto segundo es lo que más miedo me daba, lógicamente.
Aquí en el centro, como me imagino de cada uno de los habitantes en sus respectivos domicilios, las medidas de protección contra el COVID-19 y las de higiene, cada vez eran más serias y drásticas, cosa que veo totalmente normal. Nos teníamos que poner ``manos a la obra´´, si ninguno de los residentes y trabajadores no nos queríamos infectar, como tener entre nosotros distancias de como mínimo un metro, lavarnos las manos muy frecuentemente, evitar tocarnos nariz, ojos y boca, no darnos las manos los unos a los otros en caso de que nos queramos saludar, al toser o estornudar en vez de poner la mano, hacerlo con el codo, etc...
He de reflejar, que cierto día al equipo técnico se le ocurrió la brillante idea de poner una canción mediante un altavoz bluetooth, la cual si ya antes se conocía ahora más que nunca se conoce más, y sí, la voy a mencionar: ``Resistiré´´, del grupo ochentero Dúo Dinámico. Ese es el lema para todos, para todos los residentes, para todos los trabajadores, para todos los familiares nuestros y de las personas que han enfermado del virus y para dichas personas que lamentablemente están luchando contra, como diría un compañero mío, un enemigo invisible. Ese es el lema: ``Resisitiré´´. Todos los días que podemos (si las condiciones meteorológicas nos lo permiten), cantamos y bailamos dicha canción, para que por al menos diez minutos de nuestras vidas diarias olvidemos todo lo terrible que está pasando ahí fuera.
Llevamos, si mal no recuerdo 25 días de alerta máxima, y podría reflejar en éste blog, que al principio del confinamiento me sentía muy agobiado, no sabía que hacer para dejar de pensar todo lo que estaba pasando en el mundo, digamos que me era difícil creer los momentos tan difíciles por los que como yo y todos mis compañeros, trabajadores del centro, mi familia y cada uno de los habitantes de éste planeta llamado Tierra, estábamos pasando. No daba crédito ninguno. Cada día que pasaba para mí no era como decían los periodistas (un día menos), eran no se cuantos centenares de fallecidos en tan solo 24 horas. Y éste último pensamiento me afectaba sobre todo porque la mayoría de los infectados proceden de la capital de nuestro país, es decir de donde la gran parte de mi familia reside, y aún más sabiendo que el hospital de mi barrio (como la gran mayoría de los de España) están colapsados. Pero en cada llamada familiar que tengo al centro, cuando se me comunica que todos los míos están bien (por supuesto no quitando mi más máxima pena y dolencia por las más de 13.000 personas que ya se han ido), me quedo tranquilo. Por lo que tengo esperanzas de que ahora si veo, como antes mencionaba que no lo veía, de que por fin cada día que pasa, sí, es un día menos para que todos y todas recuperemos nuestras rutinas, abracemos a nuestros familiares, nos tomemos algo en una terraza (ahora con el buen tiempo) con nuestros amigos, demos un fuerte y seguro beso a nuestras parejas y seguro que otros como yo, conozca a mi sobrina que nació en plena pandemia.
Quería dar las gracias, para ir terminando a todos/as y cada uno/a de los trabajadores/as del centro, que con la que está cayendo ahí fuera, salen de casa exponiéndose a contagiarse, llegan al centro, se ponen sus uniformes de trabajo y sus mascarillas para que en caso de que se hallan contagiado no nos contagien a nosotros los residentes y nos cuiden de la forma más reconfortable de que lo hacen, porque sin ellos ésta casa y ésta vida no sería posible, y por supuesto éstos días de pandemia serían un auténtico caos.
MIL GRACIAS A TODOS/AS y decir en voz alta: ``¡¡ÉSTE VIRUS LO PARAMOS UNIDOS!!´´
Mucho ánimo para todos!
Carlos