La Unión Soviética y los Estados Unidos han desarrollado la tecnología necesaria para disminuir los objetos de tamaño, pero el valor de estos hallazgos es limitado, pues después de un plazo de 60 minutos vuelven a su tamaño original.
El científico Jan Benes ha averiguado cómo conseguir que la duración del efecto sea ilimitada en el tiempo, pero como consecuencia de un intento de asesinato ha quedado en situación de coma por un hematoma cerebral.
Para salvar su vida, el submarino nuclear Proteus y su tripulación son reducidos de tamaño e introducidos en el torrente sanguíneo de Jan Benes. Disponen de una hora para alcanzar los tejidos dañados del cerebro y lograr su curación antes de volver a su tamaño natural.
Así de emocionante se presenta esta película de 1966 que, como bien apuntó nuestro colaborador, sirvió incluso de inspiración para una novela homónima de Isaac Asimov.
Después de leer las impresiones de nuestro crítico de cine particular sobre el argumento, lo siguiente que haréis será ver esta película sin falta :) ¡Contiene spoilers!
“Una película que me impactó fue “Viaje alucinante”.
Trata de un científico-político ruso, que queda en estado de coma después de recibir un golpe traumático en la cabeza y tienen que operarlo desde dentro del cerebro.
Los americanos habían descubierto un sistema para reducir a personas y cosas hasta el tamaño de moléculas, e incluso de átomos. Reducen a tres científicos y a una nave a tamaño atómico y los inyectan en la vena del paciente con una jeringuilla. La nave inyectada llega hasta el corazón y de allí a los pulmones y luego al cerebro. Al llegar al cerebro, la nave es atacada por los glóbulos blancos y los científicos tienen que salir de la nave y destruir con láser los glóbulos blancos. Pero uno de los científicos intenta matar a los otros dos, porque no quiere que el científico en coma se recupere. Pero los glóbulos blancos atacan al malo y se lo comen.
Después, los dos científicos supervivientes llegan a la zona afectada por el trauma, y ayudados por láser reducen la zona dañada. Como están en la sien, se dirigen al lagrimal y allí son sacados por un médico en un porta de cristal, y colocados en un lugar del laboratorio hasta que alcanzan el tamaño natural.”Francisco
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